Resistencia a la Corrosión Superior y Longevidad
La excepcional resistencia a la corrosión de los tubos de cobre-níquel destaca como su característica más diferenciada, especialmente en entornos marinos. Esta protección superior se debe a la formación de una película de óxido autorreparable que se regenera continuamente cuando se daña, proporcionando una protección duradera contra medios agresivos. La combinación de cobre y níquel crea un efecto sinérgico que potencia la capacidad del material para resistir distintas formas de corrosión, incluyendo la corrosión por picaduras y la corrosión en grietas. Esta notable resistencia se traduce en una vida útil prolongada, que a menudo supera los 20 años en aplicaciones marinas, reduciendo significativamente la frecuencia de reemplazo y los costos asociados. La estabilidad del material en entornos ricos en cloruros lo hace especialmente valioso para aplicaciones con agua de mar, donde otros materiales podrían deteriorarse rápidamente.